El desarrollo del cociente de inteligencia

Cuando la educación se hizo obligatoria en Francia a principios del siglo XX, Alfred Binet, un psicólogo nativo, inventó el Cociente de Inteligencia (CI) en un intento de estratificar a los estudiantes y ofrecer ayuda adicional a los desfavorecidos. Algunos creían que podrían beneficiarse de las intervenciones tempranas en sus vidas para evitar el asentamiento en asilos. La prueba de CI estaba compuesta por preguntas que evaluaban una variedad de conjuntos de habilidades, por ejemplo, atención, memoria y resolución de problemas. Estos no se enseñaron de manera convencional en las escuelas, pero se percibió como los métodos más precisos para anticipar los logros de los alumnos. Según el modelo de Binet, la inteligencia cambiaría con la edad en lugar de permanecer estática desde el nacimiento. Además de la edad cronológica, introdujo el principio de la edad mental, mediante el cual se comparan las habilidades individuales con las puntuaciones medias de grupos de edad específicos. No obstante, seguía siendo crítico con su propio sistema de pruebas, que no tenía en cuenta muchas variables de confusión ni abordaba la naturaleza multifactorial de la inteligencia, por lo que comprometía la generalización.

Se han desarrollado numerosas herramientas de examen desde el esfuerzo de Binet. En 1916, Lewis Terman, psicólogo de la Universidad de Stanford, modificó la prueba de coeficiente intelectual de Binet al estudiar a varios estadounidenses y emitió una versión que corrigió las fallas originales y fue ampliamente reconocida en todo el país. La prueba de coeficiente intelectual de Stanford-Binet resultante ha podido detectar a los intelectualmente avanzados en lugar de centrarse únicamente en el extremo inferior del espectro, y ha ganado popularidad con las revisiones y validaciones posteriores. Las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos hicieron uso de las pruebas Alfa y Beta del Ejército, que fueron creadas por otro psicólogo Robert Yerkes, para mejores citas con respecto a las capacidades de los recién incorporados durante la Primera Guerra Mundial. La primera fue una prueba escrita, mientras que la Este último fue diseñado para superar los efectos del analfabetismo y las barreras del idioma. Los puntajes altos fueron entrenados como oficiales mientras que sus contrapartes bajas fueron dados de baja del ejército. Fue un hito ya que la aplicación de la medición del coeficiente intelectual fue más allá de las razones académicas.

A mediados del siglo pasado, David Wechsler presentó al mundo la novedosa y destacada Escala de Inteligencia de Adultos de Wechsler (WAIS) al realizar mejoras en el prototipo de Binet. Además de WAIS, la Escala de inteligencia de Wechsler para niños (WISC) y la Escala de inteligencia de preescolar y primaria de Wechsler (WPPSI) fueron especialmente diseñadas para personas jóvenes. Las escalas de Wechsler se han convertido en las herramientas de evaluación más utilizadas hasta la fecha y las bases sobre las que se han desarrollado varios otros sistemas de prueba.

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